Cuando clavaron a Jesús en la cruz, pusieron sobre su cabeza un título, escrito en tres idiomas, griego, latín y hebreo, que decía Jesús Nazareno, Rey de los Judíos. Pues bien, nos cuenta Andrés Bernáldez en su libro Memorias del reinado de los Reyes Católicos, que siendo Papa Inocencio VIII (1434-1492), encontrron unos albañiles que estaban trabajando en la Iglesia de Santa Cruz, en Roma, detrás de una pared, una caja de plata y en su interior el título que pusieron a Jesús en la cruz. En la caja había además tres anillos de oro.
Pensaron que lo habría enviado allí desde Oriente, la reina Santa Elena, madre del emperador Constantino.
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