Los niños que vivían en la época de Jesús eran llevados por sus padres a las sinagogas para que los rabí los bendijeran con la imposición de las manos.
Un día, estando Jesús enseñando, un grupo de padres llevaron a sus hijos ante Ël. Los apóstoles reprendieron a los muchachos pensando que podían molestar al Maestro, pero Éste les dijo: Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mi, de los que son como ellos es el Reino de los Cielos. Les impuso las manos y se marchó de allí.
En la época en la que vivió Jesús, al niño se le consideraba un ser insignificante, igual que a los pobres y marginados. Él les concedió un lugar especial, siempre tuvo tiempo para dedicarle y mostrarle su interés, cariño y consideración porque para el Señor, los niños sí eran importantes y tenían valor como seres humanos creados a imagen y semejanza de Dios, por eso los trata como personas dignas y por eso los presenta como modelos, hasta pedirnos que seamos como ellos.
Vocabulario:
Rabí. Maestro de la ley judía encargado de interpretar las Sagradas Escrituras.
Sinagoga. Edificio en el que se reúnen los judíos para orar.
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