martes, 6 de junio de 2017

SÍMBOLOS RELIGIOSOS: ZARZA ARDIENTE


Moisés era un pastor que cuidaba de sus ovejas en el Monte Horeb. Un día se encontró con una zarza que estuvo ardiendo varias horas y no se consumía. Se acercó para ver por qué sucedía esto y escuchó una voz que le decía que se descalzara ya que ese suelo era tierra sagrada. Desde la zarza, Dios le indicó que su nombre era Yahvé.

El símbolo que encierra la zarza es el verdadero nombre de Dios "Yo soy el que soy". Esta frase es la misma que responde Jesús, en el Monte de los Olivos cuando un soldado romano le pregunta: "¿Y tú quién eres?"

La zarza la encontramos en muchas pinturas religiosas como símbolo de la presencia de Dios.

SÍMBOLOS RELIGIOSOS: ARCA DE LA ALIANZA


Recordemos que una alianza es un trato o un pacto.

Dios, a lo largo de la historia, ha realizado alianzas con las personas. Por ejemplo en la Creación o en la salvación de Noé y su familia. También hizo una con Moisés.

Moisés es uno de los mayores profetas hebreos. Por medio de él, Dios realizó diferentes prodigios como las plagas o la separación de las aguas en el Mar Rojo, para que los israelitas pudieran cruzar, ya que estaban siendo perseguidos por los egipcios. Cuando llegaron al Monte Sinaí, Dios le entrega a Moisés Diez Mandamientos o normas por las que se tenían que regir. Estos Mandamientos fueron grabados en las Tablas de la Ley. Dichos paneles se guardaron en un arca llamada Arca de la Alianza que poseía un poder especial, pues los israelitas las utilizaron contra sus enemigos y ganaron numerosas batallas. El Arca fue depositada en el Templo de Salomón y permaneció alli hasta el saqueo de Jerusalén.

El Arca de la Alianza era una especie de cofre. Estaba hecha de madera de acacia, revestida por dentro y por fuera con el oro más puro y tenía a su alrededor una moldura o reborde de oro. Para transportarla tenía en las cuatro esquinas, probablemente en el borde superior, cuatro anillas doradas, a través de las cuales se pasaban dos varales de madera de acacia revestidos de oro, los cuales debían permanecer siempre en las anillas, aun cuando el Arca fuese colocada en el Templo de Salomón. La tapa del Arca, llamada “propiciatorio”, era también del oro más puro .

Sobre el propiciatorio se colocaron dos querubines de oro macizo, uno de cara al otro, con las alas extendidas de modo que cubrieran ambos lados del mismo.