La humildad es la virtud de no sentirnos superiores a los demás, es ser capaces de no ir presumiendo de lo que sabemos o tenemos. La persona humilde se pone al servicio de los demás, reconoce los defectos propios y sabe valorar las buenas cualidades que tienen quienes la rodean.
¿Qué podemos hacer para ser humildes? Pongamos algunos ejemplos;
- Hablemos de forma clara y cedamos la palabra a los demás ya que es importante lo que cada persona opina.
- No presumir de lo que sabemos o tenemos delante de personas que están en desventaja con nosotros.
- No intentemos dar lecciones a nadie.
- Vestir de forma sencilla.
- Entrenarnos en tareas como pueda ser lavar o barrer.
- No seamos caprichosos.
- Pedir ayuda cuando lo necesites.
- Ser agradecido.
- No juzgar a los demás.
- Darnos cuenta de que hay momentos en los que tenemos razón pero hay ocasiones en que no.
Leamos este cuento donde encontraremos un buen ejemplo sobre la humildad.
LA PERDIZ VANIDOSA Y LA TORTUGA MODESTA
La perdiz y la tortuga vivían en el mismo rincón de una inmensa llanura de África, pero casi nunca hablaban. Poco se encontraban frente a frente porque el ave, vanidoso y arrogante, no se dignaba bajar de las ramas de los árboles o interrumpir su vuelo para entablar una conversación con la tortuga. Ni siquiera la saludaba desde arriba, sólo la miraba despectivamente.
Un día, la perdiz descendió al suelo a picotear unas semillas y justo en ese instante la tortuga pasaba caminando lentamente por ahí.
-Hermana tortuga –le dijo la perdiz-, ¿no te da vergüenza ir siempre tan despacio? ¿No te da envidia verme a mí, tan bien dotada, mucho mejor que tú? ¿No te causa celos ver cómo vuelo y cómo corro, cosas que tú no puedes hacer de ningún modo?
-No –repuso lentamente la tortuga-. Pienso que dichosa tú, que puedes acabar en una carrera un camino que me lleva todo un día a mí. Pero no te envidio.
Mi lentitud también tiene sus ventajas.
-¡Bobadas!- contestó despreciativamente la perdiz-.
Eso lo dices por decir. ¿Qué ventajas puede tener ser lenta y pesada? Eres esclava de tu caparazón, estás condenada a andar siempre por lo bajo y ni siquiera puedes correr.
Yo en cambio soy libre, todo me favorece.
Poco tiempo después, los cazadores de una lejana aldea prendieron fuego a la vegetación de llanura para hacer salir a los animales y así poderlos cazar fácilmente. Las llamas crecieron muy altas, se expandieron con rapidez y se acercaban al rincón donde vivían la perdiz y la tortuga. La perdiz no hacía más que vanagloriarse de que podría salvarse de las llamas volando a gran altura y se reía de la tortuga.
-Te vas a asar, el fuego correrá más rápido que tus cortas patas y te alcanzará –le gritaba la perdiz a la tortuga desde lo alto.
Cuando las llamas llegaron, la tortuga, para protegerse, se escondió en un hoyo que había dejado la pata de un hipopótamo en el suelo y se metió dentro de su caparazón, de manera que nada le ocurrió. En cambio la perdiz quiso lucirse y hacer gala de sus dotes, y se preparó para emprender el vuelo, pero el humo era tan denso que tan pronto abrió sus alas se asfixió y cayó en medio del fuego.
Cuando todo pasó, la tortuga salió de su escondite sana y salva y preguntó por la perdiz, extrañada de no ver haciendo alarde de cómo logró salvarse del fuego gracias a su rapidez y habilidad.
Al enterarse de lo que había sucedido, lamentó que esas dotes de las que se sentía tan orgullosa, no hubieran ayudado a la pobre perdiz a escapar del fuego.
ENSEÑANZA: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Marcos 12:31)
¿Quién nos dio el mayor ejemplo de humildad?
Reflexionemos un poquito y hagamos esta actividad de Angie Tamayo.
EJEMPLOS TEMA: LA HUMILDAD PARA NIÑOS from Angie Tamayo
Ahora busquemos en internet personajes que destacaron por su gran humildad.
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