Cerca de París, en 1.809, nació Luis Braille. De pequeño, estaba un día jugando con un punzón y, sufrió un accidente en uno de sus ojos. La herida, que al principio no parecía importante, se le infectó y perdió la vista en los dos ojos.
Intentaba llevar una vida normal, iba a la escuela y aprendía todo lo que podía. Era inteligente y creativo. Cuando fue un poquito mayor lo llevaron a una escuela para ciegos que había en París. Allí leía en unos libros con unas letras muy grandes. Se daba cuenta que tardaba mucho tiempo en leer una o dos frases.
Un día mientras estaba sentado en la tienda de cuero de sus padres, se le ocurrió una idea. Cogió un punzón e inventó, después de muchos intentos, un alfabeto para que pudieran leer las personas ciegas. El alfabeto estaba formado por seis puntos y según la posición de estos puntos representaba diferentes letras.
Las personas que no veían pasaban sus dedos encima de esos puntos y conseguían leer.
Gracias a este hombre, las personas ciegas de todo el mundo pueden leer con sus manos igual que nosotros con nuestros ojos.
En esta imagen de abajo tenéis un alfabeto braille.
Ahora vamos a intentar escribir nuestro nombre con este alfabeto.
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