En el año 1904 hubo una guerra entre Rusia y Japón. Al igual que en todas las guerras, tuvo episodios tristes pero también sucedió algo que nos hace pensar. En el mes de diciembre de dicho año, los japoneses estaban rodeando una ciudad rusa. Los defensores salieron con una bandera blanca para pedir una tregua y recoger a los heridos. Se lo concedieron y al mismo tiempo, soldados de los dos bandos pusieron mesas delante de la ciudad y todos se sentaron para compartir la comida que tenían y contarse historias. Esa noche los japoneses dieron un discurso en el que decían que los soldados rusos eran los más valientes que habían conocido y que algún día harían las paces.
Un mes después, cuando la ciudad se rindió y los japoneses entraron, los rusos los recibieron con gritos de ¡Bravo! e hicieron hogueras con las que calentarse todos juntos.
Versión adaptada de un hecho real.
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